martes, 20 de julio de 2010

Lapidación y Perversidad

Este castigo se incluyó en el código penal iraní después de la Revolución islámica de 1979 y se basa en que el adulterio es considerado "un crimen contra Dios". El artículo 102 del código, por ejemplo, indica que el hombre debe ser enterrado hasta la cintura y las mujeres hasta más arriba del pecho. Y que las piedras no deben ser "tan grandes como para que provoquen la muerte en un primer impacto" ni demasiado pequeñas. La distancia también debe ser la adecuada para que el castigado no muera con el primer golpe, pero tampoco pueda sentir el dolor por un tiempo demasiado prolongado. No menos de tres ni más de 20 serán los encargados de tirar las piedras. - SEMANA
Hoy deseo protestar abiertamente en nombre de todas aquellas mujeres que por su condición de género han sido desvaloradas, maltratadas, desconocidas y hasta masacradas, a nivel familiar, social y cultural.
Solo hasta que la gran mayoría de las mujeres tomemos la bandera para seguir avanzando en un mismo objetivo, la equidad de género, seguiremos presenciando el abuso del poder en mujeres víctimas de procesos culturales aberrantes y perversos como en el caso de SAKINEH A SHTIANI, y cuyos hijos se han abanderado de su defensa en Europa. Si, es verdad, muchas mujeres ignoramos, juzgamos, culpamos e incluso tiramos la primera piedra en situaciones como esta.
Resalto la actitud de sus hijos como una de las formas más valientes para enfrentar a su cultura ya que en otras ocasiones muchas mujeres en igualdad de condiciones han sido lapidadas por sus propios hijos, supuestamente para recuperar “su honor” o porque no, la vida. Ellos decidieron, no solo rescatar a su madre, sino también a otras víctimas potenciales inversas en un mundo complejo donde su sexualidad es negada a costillas de la perversión de otros.
Yo, me atrevo a decir que: la culpa ancestral de tales verdugos por experimentar lo que es natural y normal en el deseo sexual humano, es desplazada a las supuestas culpables de sus deseos. Para ellos la mujer debe cubrir su cuerpo al máximo, porque si cualquier trozo de su piel o cualquier expresión característica y diferencial del sexo femenino en ellas, les excita, serán ellas las culpables y deben morir como la peor de las escorias. Tanto así que; deben participar en su ritual de recuperación honorifica, toda posible victima masculina, sea se familia o no, hijos, hermanos, padres, etc.
Pero por supuesto que hay una gran cantidad de víctimas masculinas que prefieren no enfrentarse para no terminar igual que ellas. Desde que nacen son inmolas potenciales cuyos verdugos ignoran su proceso de gestación de 9 meses en el vientre de una mujer que los alimentó con su sangre, succionaron sus senos para fortalecer sus defensas y para no morir de hambre. Me atrevería a decir que; en su intento por desaparecer su deseo, afectividad y ternura se perdieron en una fantasiosa vida sin nosotras, perpetuando así, su desdicha, porque eso es lo que es, desdicha.
No escatimo en decir mi desaprobación sobre estos asesinos ya que no tengo ningún interés en ellos, y mucho menos soy política para hacerme la ciega y sorda, sentarme a su meza para comer sus manjares manchados de sangre inocente
Me genera dolor, impotencia y rabia la situación de la mujer Iraní que en la mayoría de las veces debe parir sus propios verdugos. No soy feminista, solo defiendo la vida de cualquier ser Humano, pero me pregunto, ¿Cómo hicieron estos especímenes de hombre para perpetuar durante tantas generaciones su resentimiento por no tener matriz humana? No logro comprender, a pesar de escudriñar no solo desde el sentido común, sino también desde la teoría.
Quizás la respuesta esté en lo que me dijo en una ocasión una anciana ante mi incógnita repetitiva frente a algunas similitudes de respuestas agresivas hacia la mujer en casi todas las culturas pasadas y presentes.
“Así las personas no lo crean hija, hay una rivalidad entre el hombre y la mujer, se inicio por el amor al padre y luego por la conquista de los hijos, ahora se da por la tenencia de lo material y lo intelectual. Ellos saben que somos capaces de cualquier cosa y por eso nos temen, sin nosotras su vida no tendría sentido, así tengan que matarnos. Somos la madre, arriesgamos nuestra vida cuando los parimos, es el sacrificio que asumimos para darles vida, toda mujer que se embaraza sabe que puede complicarse y morir, aun así, lo hacemos con amor. Solo Jesús hizo tal sacrificio por nosotros y ellos lo dejaron solo como una represalia porque vino a liberarnos de la ley de Moisés donde nos comercializaban como cabras, se permitían varias esposas al mismo tiempo, eran paidofilicos y tenían más valor sus sandalias. De hecho se preguntaban por qué teníamos boca y cerebro. Llegaron a creer que éramos el castigo de Dios para ellos, solo ante nuestra presencia podrían saber si tenían control sobre su propio cuerpo y deseos, ante el placer sexual ellos no estaban dispuestos a poner ningún autocontrol, por eso nos culparon. Yo no soy muy letrada como ustedes los doctores que van a una universidad, pero eso de la manzana en el paraíso, fue un cuento acomodado para fastidiarnos la vida, ambos disfrutaron del sexo y luego ante Dios el desgraciado la culpó a ella. Les tocó trabajar para mantenernos y cuando llegaban a casa de pelear con tigres y leones, nosotras estábamos cansadas de correr detrás de los niños, los quehaceres, tampoco toteadas de la risa, pero más seguras. Solo que después nos dimos cuenta que el sudar nuestro propio dinero y trabajar, nos daba independencia. Ellos descubrieron que no podrían dejar de vivir sin nosotras, su mal necesario para; la vida, el amor y el deseo. Fue cuando se fueron por lo más bajo, otra vez, culparnos. Que se agarren porque el día que todas las mujeres decidan despojarse de su supuesto papel de victimas y de débiles, tendrán que inventarse otro cuento y ya no seremos las mismas”
“Ahora, dígame, ¿Por qué cree que nos llaman tata coa? ¿Conoce usted algún hombre que haya muerto o arriesgando su vida por gestar un hijo? la única nimala (animal en lenguaje popular del pacifico) capaz de tal cosa es la mujer, con eso le digo todo.”
Tengo claro que aunque en mi País haya violencia hacia la mujer, podemos hacer uso de las leyes establecidas y seguir adelante forjando un mundo nuevo y más justo para nuestros niños y niñas. No sé hasta que punto la anciana tenga razón, pero de lo que si estoy segura es de que las mujeres somos fuertes y podemos detener cualquier vendaval, solo tenemos que estar convencidas y decididas. Los hombres no nacen verdugos, se forjan en una cultura y no quisiera vivir mi vida sin ellos, pero solo en igualdad de condiciones. Soy madre, hija y hermana de tres hombres maravillosos que si algún día me hubiesen hecho tal cosa, habrían tenido que asustarse de mi posible y prudente silencio ya que algo muy doloroso estaría tramando para ellos. E incluso morir con orgullo por fastidiarles la vida.
Justicia IRANÍ? Pero por favor, querrán decir injusticia. El día que haya justicia en esas tierras, será cuando las grandes potencias dejen de darse las manos hipócritamente como si no pasase nada, será el día en que las mujeres de todas las naciones corramos a unirnos allí, con las pocas que estarían dispuestas a luchar contra sus propios sanguinarios desde cualquier medio.
Y para cerrar les invito a verse la película – La Lapida – haciendo un esfuerzo por no poner en práctica el morbo, pero si para tener una leve idea de lo que pasa en aquellos países. Muchos hacen una crítica perversa sobre la película, olvidando que su objetivo no es competir ante un premio de mejores efectos especiales y mucho menos, sino de denunciar ante el mundo lo que viven miles de mujeres allí, mostrar no solo el ritual, sino también el proceso de dicho ritual y como el poder de la palabra puede inducir a quienes no están dispuestos a ejercer la crítica argumentativa y constructiva como una herramienta participativa.
También busque videos de mujeres quemadas con acido y se darán cuenta que la película es un cuento de hadas comparada con la realidad. Ponga su grano de arena de la mejor manera posible. “NO A CUALQUIER TIPO DE VIOLENCIA”

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