miércoles, 1 de junio de 2011

¿COMPROMISO DE QUIEN?


Hoy tomo la decisión de poner en orden mi sensibilidad frente a las distintas problemática que viven las mujeres en muchos de los barrios marginados de Cali. Parece imposible que muchas personas que pueden poner su grano de arena para aminoración de una problemática de salud social, como le llamo a manera personal, decidan tomar la decisión de mirar hacia otro lado, con el argumento de que; “Quienes trabajan en la búsqueda de una mejor vida para las mujeres, es porque están LOCOS”. Pero peor aun, las instituciones y el Estado son quienes deberían tomar la Bandera en alto, mas no doblarla y guardarla como pasa siempre. Claro que se ha hecho algo, solo que lo poquito es invadido por lo bastante, lo que ya perfila dichas gestiones en verdaderos paños de agua tibia.

¿Por qué hablo de mi sensibilidad? Porque en ocasiones he querido tirar la toalla y hacer lo mismo que la mayoría de los Colombianos, y de otra forma tampoco quiero parecer al común de los que si hacen algo, pero que terminan usando los mismos métodos, generando así, que se pierda el sentido. Esto merece una fuerza revolucionaria, que produzca, no solo sensibilidad sino también acciones y compromisos.

“Vos no podes permitir que la comunidad te atrape con sus problemáticas, los eventos que haz hecho acerca de los problemas de estas mujeres, y el manual ese sobre la prevención en violencia y abuso sexual, demuestra que emocionalmente estas mal. Se hace obligatorio que busques ayuda patológica, a esas mujeres se les puede ayudar con algo, si tienen muchos hijos que los den en adopción, etc, etc”


Esto fue lo que me toco escuchar de labios de alguien que NUNCA imagine pensara de tal manera tan absurda, y digo absurda porque; ¿de donde saco ella que cualquier violencia vivida en nuestras comunidades femeninas no le afecta a ella también? Y la forma tan irrespetuosa como me abordo ya que no se tomo la molestia de darse cuanta de que, a mi esto me apasiona y que no necesito haberlo vivido para que ponga en práctica mi compromiso social y personal en dicha lucha.

A esta persona se le olvido que era su propio reflejo el que la atormentaba, cuando vio el monologo que presente, acerca de cómo una mujer que ha pasado por las peores situaciones de violencia, toma la decisión de salir adelante, aceptarse a ella misma y no quedarse en el dolor.

Y lo peor de todo, quiso justificar que porque vivía en un estrato social muy alto, no conoce situaciones de abuso sexual, psicológico, patrimonial, físico y económico. Estaba aterrorizada y asqueada.

Solo la mire y pensé; “Aun no ha abierto todas las puertas cerradas de su castillo, quien debería buscar al terapeuta es ella, esto le removió tantas cosas que las pone en otros para no enfrentarse a su realidad” la verdad es que; no se de donde sacan las personas que yo necesito ser convencida para no hacer lo que ya decidir hacer, y es seguir acompañando a las mujeres de mi comunidad para que puedan ser dueñas de sí y de sus decisiones.

Este escrito se lo dedico a tres mujeres que conozco. Esta mañana me entere de que, como portadoras del síntoma familiar que las angustia no lograron encontrar una salida segura para sus vidas, decidieron atentar contra sus propias vidas, una cortándose las venas, otra apuñalando su vientre y la ultima, regresó con una pareja que ejerce en ella todos los tipos de abuso que existen. Ninguna llega a los 25 años.

Una de mis metas es poder construir un centro donde las mujeres de estas comunidades puedan acudir cuando el dolor de existencia las agobie, y ser escuchadas.

En ocasiones a las mujeres se les olvida que Dios las doto de la fuerza más sólida que existe sobre la tierra, y no hacen uso de ella para superar obstáculos momentáneos y que solo ellas deciden que no sean permanentes.

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