jueves, 28 de julio de 2011

MUJERES COLOMBIANAS: INTOLERANCIA

MUJERES COLOMBIANAS: INTOLERANCIA: "EN DISTINTAS EPOCAS USAMOS PALABREJAS, SALIDAS DE LA TV, DE LOS POLITICOS, DE LA RADIO, QUE NADIE SABE LO QUE SIGNIFICAN, PERO...QUE COMO ES..."

sábado, 23 de julio de 2011

Ni casita ni Casona






Durante la preparación para la clausura de la estrategia “el retorno a la alegría” en el municipio de La Victoria en el departamento del Valle, uno de los terapeutas Lúdicos, “Steven” logro plasmar a través de un cuento ilustrado en una caja de cartón, la situación vivida durante la Ola invernal en los primeros meses del año.
En la primera ilustración, él logra definir como lucia su vivienda antes del desastre. Estaba el río dentro su cause, había un hogar seco y decorado con las cosas que mas apreciaba la familia, estaba el árbol donde jugaba con algunos animales, pero sobretodo; habían unos espacios que eran de uso exclusivo por cada miembro en la familia, como las habitaciones, la silla preferida, el plato exclusivo, etc.
Estaban aquellos momentos vividos e inolvidables en la vida, ya que hacen parte de una existencia y de una historia. Habían olores, pensamientos, y porque no, llantos y tristezas, unos necesarios para el crecimiento integral y emocional y otros innecesarios. Estaban aquellas cosas que no tienen precio y que en los diferentes espacios adquieren un significado diferente, como el aroma del café en la mañana, el trinar de las aves, el sonido de los rieles de la carretilla en las mañanas, el canto del gallo a la madrugada y el trinar de los trastos en la cocina cuando la madre o la abuela se preparan para sus quehaceres.
En el segundo dibujo, nuestro artista intenta evidenciar lo que fue en si, la situación vivida desde el desastre natural. El desbordamiento del río, la perdida de todas sus pertenencias materiales y cómo representó de gran manera, un peligro para sus vidas y la de los animales que le acompañaron siempre.

Anexo a toda esta desgracia, estaba todo ese malestar que genera el tener que reubicarse y buscar un espacio seguro y digno para la familia. Vivir en condiciones incomodas y perder la privacidad, sin saber hasta cuándo. Hacer el máximo esfuerzo para poner a prueba sus mejores herramientas internas frente a las normas de convivencia con otros grupos de familia y sobrevivir en el intento. Es saber comunicarse, saber compartir, saber escuchar, saber respetar las normas, es tener que, no invadir el espacio ajeno sin perder sus propios límites de tolerancia.
Es tener que vivir con escasez, así antes hayas vivido en la abundancia, es tener que ser humilde para recibir lo que quizás antes tú dabas o ignorabas, e incluso mirar con desdeño aquellos que te miran con lastima olvidándose de que la Naturaleza no hace diferencias y que simplemente un día menos pensado, puedes estar del otro lado.
Es saber que cuando llega una emergencia como es el desbordamiento de los ríos, es perder muchas cosas, pero nunca la esperanza. Pero también es esperar que; en un País donde no hay corrupción, todos nuestros dirigentes están preparados para abordar dichas desastres con respeto, dignidad y rectitud.

En el tercer dibujo aparecen todos esos anhelos juntos; uno, que el río representado en una piscina donde se tiene todo el poder, retorne a su lugar para disfrutarlo nuevamente sin miedo, y dos, el deseo de esa nueva casa imponente y segura que todos deseamos siempre, así vivamos en una bella y maravillosa. Nuestro artista logra superar en su ultimo dibujo, todos sus miedos y reponer aquellas perdidas vividas, además de premiar con el espacio deseado, a toda la familia.


. NI CASITA NI CASONA


Queremos una casa que no sea tan grande, tan grande porque nos perderíamos y ninguno se encontraría.


Que no sea tan pequeña, pequeña porque nos confundiríamos unos con otros y no se darían los espacios privados de identidad.


Queremos una casa en donde cada uno tenga su espacio y no nos dispersemos, pero que tampoco nos amontonemos.


Queremos una casa que sea lo suficientemente espaciosa como para que nos encontremos, compartamos, vivamos y nos recordemos sin miedos. Loango

sábado, 16 de julio de 2011

ME MALTRATO A TRAVÉS DE OTROS



Esta semana al igual que otras, y gracias a la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, en unión con la USAID y la OIM, fue maravilloso poder estar en contacto con un grupo de personas en el corregimiento de Ceilán, al norte del Valle del Cauca.
A través del Programa de Atención a Desplazados y Grupos Vulnerables, se dio el evento de “Encuentro Zonal de de Inclusión Soporte Social“cuyo objetivo era brindar atención integral a la población.
Fue así como a través del uso de las carpas Itinerantes, nuestra Institución, además del soporte Nutricional, hizo apoyo con un taller muy importante desde la parte psicológica, sobre la divulgación de la Ley 1257 de 2008 en donde se garantiza a todas las mujeres, a vivir una vida libre de violencia, tanto en su vida publica como en su vida privada.

Fue estar en contacto con las familias en todos sus matices. Familia extensa, familia nuclear, madres solteras, viudas, abandonadas, madres adolescentes y madres en proceso de duelo por la perdida de un ser querido que no saben si vive o muere.
La población se dividió en 5 grupos de más o menos 30 personas. Para cada taller se contaba con 20 minutos, pero fueron suficientes para lograr entender muchas situaciones por las que pasaban quienes lograban exponer mediante sus relatos y preguntas, situaciones vividas. Hubo tres consultas y dos conversatorios unipersonales.

Me sorprendió ver el respeto que guardaban los caballeros acerca del tema y como daban sus aportes sin mostrar ninguna intimidación, ni molestia. No puedo negar que sintiera, un poco de preocupación por ser una población con costumbres diferentes a las de donde vengo y que posiblemente ellos no estaban dispuestos a participar de un tema que en épocas pasadas hubiese levantado muchas asperezas, e incluso entre las mismas mujeres. Pero no fue así. De hecho, fue la parte femenina quien se mostró un poco cuestiónable, con relación a que, se debe asumir la responsabilidad frente a la construcción de una cultura machista. Hubo que recordar algunas diferencias relacionadas con la crianza de la hija mujer, frente a la crianza del hijo varón. E incluso, aquellos relatos degradantes que no invitan a una relación equitativa, sino a una rivalidad en la búsqueda del poder.

Anexo a todo este disfrute con la relación comunitaria, hubo intercambios con una mujer muy importante y que trabaja con la OIM. Ella resalta la importancia de poder continuar trabajando dichas temáticas con la población y dejar huellas que inviten a una vida placentera en nuestras familias, en donde hombres y mujeres asumen responsabilidades frente a los hechos. Nuestros niños, niñas y adolescentes, no pueden continuar creciendo en hogares en donde los derechos de cada uno, son ignorados y violentados.

“Si la mujer conoce y hace valer sus derechos, estará construyendo nuevos escenarios para educar hijos varones con derechos; con derecho a sentir, con derecho a mostrar sus emociones y con derecho a elegir sin tener que ser juzgado, pero sobretodo, con derecho a nunca violentar a las Mujeres”

Si las mujeres victimas de la violencia familiar, conyugal, domestica, social, institucional u otras, no hace uso de sus derechos, a través de una herramienta como es la ley 1257 de 2008, también estaría sometiendo a todos estos escenarios, a seguir siendo maltratantes y violadores del derecho ajeno. En otras palabras yo diría que; continúan maltratándose a través de otros.
Y ya para terminar, estaría muy complacida de encontrarme nuevamente con esta población, no solo por su gran calidad humana, sino porque gran cantidad de ellos mostraron inquietud frente al manejo de la disciplina con relación a los hijos en el hogar.

Gracias a Dios por haberme permitido compartir con esta valiosa población, ellos viven en una tierra fructífera y prospera.
Maria Banguera

sábado, 9 de julio de 2011

¿QUIEN ES DOLORES?



I
La mujer cuya fortaleza en años anteriores le ha abandonado un poco, quizás por la edad o el continuo trabajo en horas que debían merecer su descanso, ahora se levanta preocupada por un extraño ruido en medio de la noche, se asoma por la ventana del corredor para identificar su procedencia, percibe una sombra masculina que intenta abrir la reja que da a la calle, pero los arboles cubren gran parte de su corpulencia y no permiten una visión completa de los hechos.
Ella entra en pánico, intenta gritar pero solo logra esbozar desde su garganta un ruido gutural que no asustaría ni aun gato desnutrido, la sangre que recorre por su sistema nervioso parece estrellarse en sus sienes, generándole un terrible dolor de cabeza, siente nauseas y ganas de llorar, se acurruca al pie de la ventana mientras su corazón parece saltar de su pecho, intenta correr pero no puede, incluso rogar al intruso para que no la lastime ya que ella es una “pobre” mujer mayor, quien apenas inicia una nueva etapa en la vida, haberse jubilado.
Sus pensamientos son interrumpidos por ella misma quien regresa a su realidad inmediata, ahora, el sudor que recorre su cuerpo le hace recordar que no es la primera vez que experimenta tal respuesta emocional y física.
Desea urgentemente que alguien le ayude, no hay nadie mas en casa, sus hijos ya son adultos y forman parte de otra familia, no tiene empleados y desde hace tres años, vive sola, tampoco hay una mascota, pues el perro que dejaron sus hijos cuando se casaron murió de viejo hace un mes, ¿y el marido? El murió hace cuatro años antes de que se acabasen sus fuerzas soportándole. Contrario a lo que muchos creen, el que aguanta no es débil, es muy fuerte, solo que no sabe, o no quiere canalizar de una manera más saludable su resistencia.
Tiene miedo, pero su deseo de seguir viviendo le obliga a calmarse y a tomar una decisión, no quiere sentirse así nuevamente, además le han contado que a las mujeres mayores que viven solas les puede pasar cosas horribles, como robos, violaciones, y golpes. El pensar y recordar todo esto hace que la mujer encuentre su energía liberadora casi intacta, la pone en practica y automáticamente su estado catatónico desaparese, ahora sus piernas se aflojan, su respiración es más fluida y su corazón empieza a tranquilizarse. Corre a su habitación, busca entre sus ropas una prenda, ¿Cuál? Ni ella misma lo sabe, seguramente cuando toque la indicada lo sabrá. Por fin, debajo de un viejo abrigo hay una estola de color purpura, tira de ella y la amarra a su cuello intentando formar una capa, ahora, hecha mano de una de sus pantaletas desgastadas por el uso, pero muy cómodas, de esas a quien su marido solía llamarles muy enojado, “Mata pasiones” la amarra a su cabeza mientras corre desesperada buscando algo que le permita defenderse. “primero muerta antes que masacrada” piensa.
II
Regresa a la ventana y se da cuenta que el “matarife” aun no logra entrar a la casa, pues es sigiloso y no quiere alarmar a los vecinos, ella asegura el pantalón de su pijama y busca algún arma o cosa que se le parezca, pero no logra darle el atributo de tal cosa a algo. Decide regresar a la ventana, tiene esperanzas de que el sujeto se haya ido, pero no es así, todo empeora, el tipo logra darse cuenta que ella sabe de su presencia, y sacude la reja con mas fuerza, le sonríe maliciosamente e intenta subir por la misma reja. Esta actitud desafiante del maldito, molesta mas a la mujer, quien se siente ultrajada, ¿es que ella no le intimida en algo? Tan insignificante es que no logra amedrentar al sujeto? - Baja corriendo hacia la cocina y al pasar por la sala recuerda el sable de colección que tenia su esposo colgado decorando la pared, nunca antes pudo zafarlo, odiaba aquella prenda amada por el difunto, pero ahora, casi se desprendió sola. Debe intimidar a su agresor, de alguna manera siente que son todos sus miedos vividos desde la infancia personificados en el pícaro abusador de viejas.
- Ah maldito lo que te espera.
Es una nueva sensación liberado por su sistema límbico, el contacto con aquel objeto que antes le hacia sentir pánico y repudio, ahora la incita con coraje a hacer algunas rituales de karateca frente al espejo en la pared, es mas fuerte y decidida que la mujer maravilla y no necesita de súper héroes para estar a salvo, tampoco hay hijos pequeños a quien proteger, así que no habrá justificación alguna. Asegura puertas y espera a ver por donde entra el verdugo.
Como habría querido sentirse igualmente en algunas de esas etapas vividas anteriormente. No tiene miedo mas allá de lo que puede generarle el enfrentamiento con este energúmeno, ni siquiera intenta llamar a la policía, a un familiar, amigo o vecino. ¿Para qué? Solo estorbarían.
Ahora el hombre logra entrar hasta el jardín y de una patada voladora intenta romper el vidrio del ventanal en la sala, ella jira lentamente hasta quedar frente a frente, solo los separa el vidrio, este le muestra sus curtidos dientes emitiendo un gruñido que solo logra enojarla mas. La mujer le muestra el sable con sus nuevas posturas desafiantes, y le incita a tirar el vidrio. Este, se hincha de furia, hecha espuma por la boca y toma impulso para lograr hacer mejor impacto, pero oh, sorpresa, ella muy calmada abre la puerta mientras se dirige muy calma hasta el fondo de la habitacion a esperar que él entre, le da otra opción para que tenga más de donde elegir, es mejor así, ¿valla y se le pase el coraje esperando que logre tumbar el vidrio?
Es claro que no tiene un arma de fuego, de otra forma ya la hubiese usado desde el primer desafío que ella le hizo, quizás pensó que era pan comido la vieja. Pero ahora está parado en la puerta mirándole iracundo y a la vez sorprendido.
- ¿Estas loca? ¿Por qué me dejas entrar?
- ¡Que con la rabia que me has sacado te vuelvo mierda! porque siempre tuve miedo, siempre entraste fácilmente, ¿por qué ahora no? – ¡porque ahora seré yo quien te saque de mi vida!
No había terminado de decir aquello, cuando su pie derecho estaba golpeando sus genitales, seguido de un codazo derecho en su mandíbula que lo dejo sin aire.
- Escogiste mal momento, pagarás todos los sufrimientos que le permití a otros que me hicieran, todo lo que debí hacer y no hice, lo siento por ti y me alegro por mi. ¡¡Agarre bestia inmunda!! Mientras dos sonoras cachetadas silban por el aire.
- ¡Maldita tata coa, de razón vivís sola y seguro que nadie te quiere. Hasta mala pal catre serás…!
- Aaaah, siii?
Cual velocidad del sonido, el sable ya había cortado los pantalones del hombre cuyo miedo lo invadía aun mas, corre en busca de la salida con la vieja detrás por toda la casa pateando su trasero y gritando como loca. Incrementando más y más su coraje cada que el hombre intenta defenderse.
A estas alturas una de las vecinas ha escuchado ruidos poco comunes en dicha casa y le llama desde su ventana, sus gritos y ruidos de objetos rotos por toda la casa han logrado dar alarma.
- Dolores, dolores, está bien?
- Siii, más que nunca, estoy ejercitándome.
En su intento por no dar alarma, se asoma cada que pasa por una ventana, le sonríe y agitada sigue en su faena. Es como si su cuerpo tuviese el peso de una paloma, con la mayor destreza de un maestro del kung fu, hace uso de sus llaves y zancadillas, ya no hay dolor en las rodillas ni cansancio en sus músculos, mientras, el corpulento sujeto, ahora llora implorando ayuda y piedad. Nunca había visto una vieja tan decidida y enojada.
III
Para Dolores no fue tampoco tarea fácil, sintió por primera vez que el poder puede generar adicción, así hayas estado del otro lado e igualmente es un arma de doble filo. Debió escuchar su propia conciencia y ser empática con el sujeto para comprender. Fue así como logró escucharle y soltarle. Ahora ambos están cansados, ella lo arrastra de una pierna y lo saca a la calle, luego busca un cigarrillo para fumar mientras le observa como se arrastra en la huida. Sin buscar y sin querer inconscientemente empieza a tararear la letra de una canción que siempre escucho a su abuela materna.
Ayai, por Dios, ouuuu eeeeeeee
Yo ya me voyyy, ouuueeeee

Quitáte de mi escalera no me hagas oscuridad
Dejáme dentrar a otro que e tenga voluntad

A Sabino yo buscaba y Sabino no encontré
Hay Sabino de mi vida yo nunca te olvidare




Mientras piensa en tomar nuevas prevenciones, se dirige a su habitación a dormir, hacia mucho tiempo desde que era muy niña no tenia esa sensación de dormir sin culpas y sin preocupaciones que le quitaran el sueño. Estaba segura de que el hombre no regresaría, des ser así, se vería obligado a tomar medidas más nefastas para él. Pero, apenas ha logrado cerrar los ojos cuando un pinchazo de aguja en la nalga derecha le regresa a la vigilia nuevamente.
- Señora, hasta cuando piensa dormir? Sus hijos están aquí para visitarle.
Abre los ojos y ve una enfermera que le sonríe mientras le acomoda la sabana que la cubre. Detrás de ella están sus hijos, nueras, yernos y nietos.
- Hola mamá, llevas dos días durmiendo, te encontré en medio de un desastre, parecía que estabas en una despedida de solteras.
- Qué? Pero…
- Si, mamá te recogí inconsciente sobre tu cama y con una facha, e incluso tenias en la mano el sable de papá que siempre odiaste.
- La vecina dice que te vio haciendo aeróbicos hasta la madrugada. Replica uno de sus nietos.
- ¿Seguro? ¿No había sangre en las paredes, el pantalón de un hombre por allí, sillas tiradas, cortinas rotas…?
- No mamá, lo único raro es que; además de tu atuendo, te pusiste de capa una estola purpura que hacia muchos años no te la veía. Recuerdo que era muy niña, papá llego alcoholizado a casa, te pego, vino la vecina de al lado, te cubrió con ella y te llevamos al hospital, pensé que la habías quemado, aun tiene algunas manchas de tu sangre.
- ¿Seguro? (Sonríe). No creo que esa sea la razón para estar aquí.
- Bueno, inicialmente pensamos que estabas muy ebria y que el exceso de ejercicio te había hecho daño, aunque nunca te vimos borracha.
IV
Después de los arreglos en la clínica, Dolores llega a la casa junto con sus hijos y nietos, todo está en orden, sus hijos organizaron, pero ella sabe que no está loca y que no fue un sueño lo que vivió. Recorre hasta el último rincón buscando evidencias, como no encuentra rastros que le corroboren lo que vivió dos noches atrás, se sienta en el piso junto a su ventana y mentalmente intenta hacer un recorrido. Pues si, efectivamente, su primer pensamiento fue miedo a la soledad, quien la protegería? Recordó como el viento golpeo la reja del portón y sin mas, fue atacada por recuerdos similares en donde el padre de sus hijos, aquel hombre en cuya noche de bodas había jurado ante Dios “protegerla y cuidarla en las buenas y en las malas” solo era un héroe falso de un cuento de Hadas, en realidad las únicas sensaciones a su lado, eran de miedo, aburrimiento, desvalorización y angustia. Hubo un corto circuito a nivel de sus emociones, pensamientos y sensaciones que le obligaron a permanecer allí y enfrentar. Se dio cuenta que ahora no podía ni necesitaba buscar a otros para ponerlos de escudos protectores haciendo lo que a ella misma le correspondía. Su mente inconsciente la llevo a buscar aquellos símbolos permanentes de su dolor, el hombre, el sable, la estola, los pantalones y enfrentarles.
Aprendió que de alguna manera fue ella quien eligió esa vida desagradable y que no siempre habría en quien escudarse, eso solo eran paños de agua tibia. Esa angustia potencial por su nueva vida como jubilada, le llevo a descubrir aquella fuerza que ella misma se negó muchas veces para dar el poder a otros.
De alguna manera sabia que había luchado contra alguien que tenia forma humana, la que ella le había dado a un hombre, la familia y la sociedad. Era curioso, pero ahora sentía todo su ser libre y esa sensación era maravillosa, divina y placentera. Entró en llanto y lloró como nunca lo había hecho, gritó, bramó, rasgo sus ropas y culmino en la tasa del baño vomitando cantidades, sus hijos, nuera, yerno y nietos solo escuchaban sentados sagradamente en la sala, de alguna manera entendían por lo que estaba pasando. Pedro, su hijo mayor sube a su habitación sigilosamente, la recoge del piso y la recuesta sobre la cama mientras la abraza, no puede evitar llorar y besar su cabeza silenciosamente, fue él quien por ser el mayor vivió más tiempo su dolor y repitió el mismo ritual muchas veces.
- ¿Por qué mamá, si ya no está el monstruo?
- No, no es eso, es por la pena que siento de haber estado privada durante mucho tiempo de esta sensación liberadora tan agradable y de la que me prive de vivir mucho tiempo junto a ustedes cuando eran niños. Pude haberme liberado antes, enfrentar mis propios miedos y vencerlos.
FIN