sábado, 23 de julio de 2011

Ni casita ni Casona






Durante la preparación para la clausura de la estrategia “el retorno a la alegría” en el municipio de La Victoria en el departamento del Valle, uno de los terapeutas Lúdicos, “Steven” logro plasmar a través de un cuento ilustrado en una caja de cartón, la situación vivida durante la Ola invernal en los primeros meses del año.
En la primera ilustración, él logra definir como lucia su vivienda antes del desastre. Estaba el río dentro su cause, había un hogar seco y decorado con las cosas que mas apreciaba la familia, estaba el árbol donde jugaba con algunos animales, pero sobretodo; habían unos espacios que eran de uso exclusivo por cada miembro en la familia, como las habitaciones, la silla preferida, el plato exclusivo, etc.
Estaban aquellos momentos vividos e inolvidables en la vida, ya que hacen parte de una existencia y de una historia. Habían olores, pensamientos, y porque no, llantos y tristezas, unos necesarios para el crecimiento integral y emocional y otros innecesarios. Estaban aquellas cosas que no tienen precio y que en los diferentes espacios adquieren un significado diferente, como el aroma del café en la mañana, el trinar de las aves, el sonido de los rieles de la carretilla en las mañanas, el canto del gallo a la madrugada y el trinar de los trastos en la cocina cuando la madre o la abuela se preparan para sus quehaceres.
En el segundo dibujo, nuestro artista intenta evidenciar lo que fue en si, la situación vivida desde el desastre natural. El desbordamiento del río, la perdida de todas sus pertenencias materiales y cómo representó de gran manera, un peligro para sus vidas y la de los animales que le acompañaron siempre.

Anexo a toda esta desgracia, estaba todo ese malestar que genera el tener que reubicarse y buscar un espacio seguro y digno para la familia. Vivir en condiciones incomodas y perder la privacidad, sin saber hasta cuándo. Hacer el máximo esfuerzo para poner a prueba sus mejores herramientas internas frente a las normas de convivencia con otros grupos de familia y sobrevivir en el intento. Es saber comunicarse, saber compartir, saber escuchar, saber respetar las normas, es tener que, no invadir el espacio ajeno sin perder sus propios límites de tolerancia.
Es tener que vivir con escasez, así antes hayas vivido en la abundancia, es tener que ser humilde para recibir lo que quizás antes tú dabas o ignorabas, e incluso mirar con desdeño aquellos que te miran con lastima olvidándose de que la Naturaleza no hace diferencias y que simplemente un día menos pensado, puedes estar del otro lado.
Es saber que cuando llega una emergencia como es el desbordamiento de los ríos, es perder muchas cosas, pero nunca la esperanza. Pero también es esperar que; en un País donde no hay corrupción, todos nuestros dirigentes están preparados para abordar dichas desastres con respeto, dignidad y rectitud.

En el tercer dibujo aparecen todos esos anhelos juntos; uno, que el río representado en una piscina donde se tiene todo el poder, retorne a su lugar para disfrutarlo nuevamente sin miedo, y dos, el deseo de esa nueva casa imponente y segura que todos deseamos siempre, así vivamos en una bella y maravillosa. Nuestro artista logra superar en su ultimo dibujo, todos sus miedos y reponer aquellas perdidas vividas, además de premiar con el espacio deseado, a toda la familia.


. NI CASITA NI CASONA


Queremos una casa que no sea tan grande, tan grande porque nos perderíamos y ninguno se encontraría.


Que no sea tan pequeña, pequeña porque nos confundiríamos unos con otros y no se darían los espacios privados de identidad.


Queremos una casa en donde cada uno tenga su espacio y no nos dispersemos, pero que tampoco nos amontonemos.


Queremos una casa que sea lo suficientemente espaciosa como para que nos encontremos, compartamos, vivamos y nos recordemos sin miedos. Loango

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