domingo, 3 de enero de 2010

Nuestro cuerpo no es moneda de Cambio.


Quiero compartir con todas las personas, y en especial las mujeres, mis inquietudes frente a todo aquello que nos genere malestar y porque no también; satisfacción frente a nuestra convivencia con el otro. Que estos espacios de retroalimentación nos lleve a revisar nuestro entorno con nosotras mismas, con los demás y con el entorno. Pero sobretodo que sea un grito liberador de angustia, opresión, recriminación, flagelación y dolor. Bien sea que lo generemos o lo recibamos en estos tres espacios mencionados anteriormente.

Mujer, Fuerza y vida, es un reconocimiento a una misión que Dios ha dado a las mujeres desde su creación como generadoras de Vida, amor y libertad. Es reconocernos y liberarnos de todo aquello que no nos merecemos para ser felices.

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